¿Cómo afecta la menopausia a las relaciones sexuales?

¿Cómo afecta la menopausia a las relaciones sexuales?

Los cambios hormonales y fisiológicos que se producen durante los años previos y posteriores a la llegada de la menopausia afectan a la sexualidad en la mujer. Por eso, es conveniente que sepas qué cambios pueden surgir relacionados con el sexo y cómo hacerles frente para que sigas disfrutando de una vida sexual plena.

Índice

¿Qué problemas surgen en la menopausia relacionados con la sexualidad?

La menopausia marca un antes y un después en la sexualidad femenina ya que implica el final de la vida fértil.

Desde la llegada de la menopausia, la mujer ya no volverá a tener que preocuparse por los ciclos menstruales ni por un posible embarazo, lo que puede aportar más libertad a las relaciones sexuales de la pareja. Sin embargo, también conlleva una serie de problemas ya que los cambios hormonales que provoca el final del funcionamiento de los ovarios afectan mucho al aparto genitourinario, causando una serie de problemas o molestias que pueden interferir con el sexo:

1- Síntomas menopáusicos. La menopausia está provocada por un importante descenso en el nivel de las hormonas femeninas, principalmente estrógenos y progesterona, que suponen el final del funcionamiento de los ovarios y, además, una serie de síntomas: irritabilidad, ansiedad, sofocos, sudores nocturnos, problemas para dormir, dolores de cabeza, mareos, cansancio, etc. Estas molestias pueden afectar a las relaciones de pareja al hacer que la mujer sienta menos ganas de mantener relaciones sexuales.

2- Descenso de la libido. La disminución de los estrógenos también provoca un descenso en la libido, disminuyendo las ganas de sexo. No obstante, no todas las mujeres experimentan este problema con la llegada de la menopausia, los expertos afirman que 1 de cada 2 sí nota un descenso en la libido durante la perimenopausia (los años previos a la menopausia) y la postmenopausia.

3- Sequedad vaginal. Los estrógenos mantienen la irrigación sanguínea, la trasudación y la secreción glandular, responsables de la lubricación vaginal, por lo que su disminución provoca una disminución de la lubricación, lo que a su vez puede causar dispareunia o dolor en la penetración. Esta sequedad también causa irritación, quemazón, picores y molestias al orinar.

4- Dispareunia. El dolor en las penetraciones, además, puede causar que se eviten las relaciones sexuales, por lo que la vagina puede volverse más corta y estrecha, aumentando el dolor en la penetración y afectando a la calidad de vida y a las relaciones de pareja.

5- Vaginismo. Se presenta cuando existe una contracción involuntaria de grupos musculares perineales que impiden la penetración. Las causas pueden ser fisiológicas o mentales.

6- Problemas genitourinarios. El tejido vaginal se hace más delgado y menos elástico, se vuelve más frágil y puede agrietarse y sangrar brevemente. También es normal sufrir más infecciones vaginales o urinarias, prolapso e incontinencia urinaria a causa de la falta de firmeza y elasticidad en los tejidos y músculos de toda la zona perineal. Todo esto puede afectar también a las relaciones sexuales.

7- Cambios psicológicos. Todos los cambios emocionales (irritabilidad, susceptibilidad, dificultad de concentración, etc.) que se experimentan en esta etapa afectan a la vida sexual y a las relaciones de pareja. La ansiedad y los cambios de humor, especialmente, dificultan las relaciones con la pareja, pudiendo causar muchas discusiones y problemas.

8- Problemas para alcanzar el orgasmo. Los cambios hormonales de la menopausia provocan que la mujer necesite más tiempo para llegar a la fase de excitación. Por otra parte, la pérdida del tono muscular del suelo pélvico, junto con la sequedad vaginal, hacen que las contracciones que se producen al llegar al orgasmo sean menos intensas y duraderas, por lo que resultarán menos satisfactorias. Igualmente, suele ser más complicado llegar al orgasmo, normalmente por un tema mental más que físico.

Consejos para mejorar tu vida sexual en la menopausia

A cada problema, existe una solución, así que no te angusties ya que la llegada de la menopausia no es el final de tu vida sexual.

1- Sequedad vaginal: la solución es tomarse más tiempo para la estimulación y utilizar geles lubricantes, buscando siempre la satisfacción plena. Prueba un humectante vaginal de venta libre para ayudarte a incrementar la humectación. En caso de sequedad más grave, existen medicamentos que pueden ayudarte, como cremas con estrógeno para la vagina o anillos intravaginales de estrógeno. Consulta con tu médico.

También puedes usar a menudo un hidratante vaginal, geles que se aplican en esa zona para humedecerla y mantenerla hidratada a diario, vayas a mantener relaciones sexuales o no. Estos hidrantes pueden ayudarte a combatir los picores, la irritación y las molestias al orinar causados por la atrofia vaginal, manteniendo además la vagina sana.

Por otra parte, es posible recurrir al ospemifeno, un medicamento modulador selectivo de los receptores de estrógenos (MSRE) que se toma por vía oral y que ayuda a tratar las relaciones sexuales dolorosas causadas por atrofia vaginal. Este medicamento está contraindicado en mujeres que han tenido cáncer de mama o que tienen un riesgo alto de cáncer de mama.

También existe un tratamiento con láser intravaginal de CO2 que utiliza el calor para estimular la producción de colágeno de las células de la zona vaginal y sustituir las capas más secas de la piel por células nuevas. Es un tratamiento estético relativamente novedoso, muy efectivo, que apenas tiene efectos secundarios más allá de un leve enrojecimiento en la zona que desaparece en unas horas. Esta técnica, además, permite tensar y tonificar los músculos de la vagina y estrechar el canal vaginal, rejuveneciendo la vagina.

2- Incontinencia o atrofia de los músculos pélvicos: nada mejor que la gimnasia pélvica para mantener el control de estos músculos y con ello la intensidad de tus orgasmos. Puedes hacer ejercicios de Kegel o usar aparatos que sirven para ejercitar el suelo pélvico (como las bolas chinas). En los casos más graves, se puede recurrir a la aplicación de ácido hialurónico y láser para la atrofia vulvovaginal y sus síntomas asociados, como sequedad vaginal, dolor e irritación.

Otros ejercicios como el pilates y el yoga ayudarán a trabajar una respiración correcta orientada a mejorar tus relaciones sexuales (y otros muchos aspectos importantes).

3- Bloqueo mental: si tus problemas son más bien mentales porque te sientes mayor, cansada o crees que ya no resultas atractiva por los cambios que se han producido en tu cuerpo, lo mejor que puedes hacer es darte cuenta de que la menopausia es solamente una etapa más en la que se puede, y se debe, seguir disfrutando con el sexo, solo tienes que tener ganas para ello. Habla con tu pareja de tus problemas para que esto no cause roces entre vosotros y dile lo que necesitas para disfrutar del sexo en esta nueva etapa. Nuevas posturas, juegos sexuales o buscar un momento íntimo y de tranquilidad puede ayudaros a mejorar en este aspecto. Incluso un terapeuta sexual puede ser conveniente si te parece que los problemas son más serios y más complicados de solucionar sin ayuda.

4- Disminución de la libido: para aumentar la libido son muy efectivos los suplementos alimenticios. En concreto, los estudios afirman que los mejores para mejorar la libido femenina son aquellos que llevan en su composición Turnera Diffusa wild (damiana), Lepidium meyenii (maca), Ginkgo Biloba y Vitamina B6.

También es conveniente que intentes descansar lo más posible, evitar el estrés en tu vida diaria y seguir una dieta sana que te ayude a sentirte en forma y mejor tanto por dentro como por fuera. Haz ejercicio de forma regular, ya que la actividad física puede incrementar tus niveles de energía y mejorar tu estado de ánimo.

No fumes, ya que los cigarrillos pueden reducir el flujo sanguíneo hacia la vagina, haciendo más difícil alcanzar la excitación. Por el contrario, tener relaciones sexuales a menudo incrementa el flujo sanguíneo hacia la vagina y ayudar a mantener los tejidos saludables.

Evita el uso de productos que irritan tu vagina, como ciertos jabones o desodorantes íntimos, que pueden causar irritación.

La terapia hormonal sustitutiva para tratar los síntomas de la menopausia como sofocos, insomnio o sudores nocturnos, ayuda también a evitar la sequedad y paliar la disminución de la libido.

5- Rutina en las relaciones sexuales: si llevas mucho con tu pareja, es posible que la rutina se haya instalado en vuestras vidas afectando a todas las parcelas, también la sexual. Para evitarlo, planea vuestros encuentros sexuales, prepara una cena romántica o haced una escapada para pasar un fin de semana diferente.

Recuerda que comunicarte y hablar abiertamente con tu pareja es súper importante y especialmente cuando se producen una serie de cambios físicos o psíquicos. Ten en cuenta que si no hablas con tu pareja a menudo es bastante complicado que averigüe si te pasa algo o si tus necesidades han podido cambiar algo al iniciarte en etapa como es la menopausia.

Sé más creativa. El sexo no es solamente penetración y existen muchas formas de dar y conseguir placer con y sin pareja por lo que no te olvides de estimularte manualmente a ti misma, darte masajes, leer algo de literatura erótica o incluso darte algún baño relajante y sensual.

Y, por último, visita un sex shop, una farmacia o una tienda de lencería y probad algo nuevo y diferente.

Si nada de esto funciona, y el tema sexual comienza a afectar a tus relaciones de pareja, podéis acudir a terapia sexual para ver si hay algo más aparte de los problemas derivados de la llegada de la menopausia y qué soluciones podéis poner en marcha.

Fuente: Office on Women's Health, www.womenshealth.gov

Redacción: Irene García

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