¿Qué pasa con el deseo sexual en la menopausia?

Índice

• Menopausia y libido: ¿qué cambios ocurren?
• ¿Cómo puede afectar a tu sexualidad?
• ¿Qué puedes hacer para cuidar de tu sexualidad?

Menopausia y libido: ¿qué cambios ocurren?

La menopausia, o el fin de la menstruación, acostumbra a llegar alrededor de los 50 años, y supone el cese de nuestra función ovárica, es decir, el fin de la función reproductiva de la mujer. Tanto con la llegada de la menopausia, como durante gran parte de las etapas del climaterio (los años previos y posteriores a la llegada de la menopausia), el descenso de la reserva ovárica conlleva una gran cantidad de cambios en nuestro cuerpo, la mayoría de los cuales pueden tener repercusiones en nuestra salud, tanto a nivel físico, mental como sexual. La sintomatología puede ser muy variada y única según la mujer, y puede oscilar desde experimentar sudores nocturnos repentinos, sofocos, malestar psicológico, dolor en las relaciones sexuales, problemas con las articulaciones… entre otros. Si te sientes preocupada por la menopausia, es importante que sepas que no estás sola: muchas mujeres viven la llegada de la menopausia con temor y preocupación a lo que pueda pasar. Así lo mostró un estudio reciente llevado por el mismo equipo del Instituto de la Menopausia, donde se observó que más de la mitad de las mujeres españolas de la encuesta reportó tener preocupaciones ante la llegada de la menopausia [1, 5].

Como seguramente ya sabrás, de toda la sintomatología más característica y común de esta etapa, el descenso de las hormonas sexuales femeninas por excelencia, los estrógenos, supone uno de los cambios más característicos y relevantes de la menopausia, ya que conlleva todo un seguido de consecuencias en nuestra salud general. Uno de los ámbitos que a menudo se encuentran más afectados con la menopausia es la sexualidad, con una prevalencia de entre el 40 y el 80% de las mujeres. La disminución de los niveles de estrógenos puede provocar una reducción en la función de soporte de la pelvis, pérdida de la lubricación vaginal (sequedad vaginal), dolor en las relaciones y altibajos emocionales, entre otros [2, 6]. De esta manera, la falta de estrógenos está asociada a varios de los cambios en la sexualidad de la mujer, incluida la pérdida de libido o falta de deseo sexual. Aun así, la gran variedad de cambios y síntomas de la menopausia no se pueden (ni se deben) reducir únicamente a los factores hormonales, ya que tanto nuestra salud emocional, nuestro entorno como nuestro nivel de educación sexual, entre otros, pueden también llegar a tener un impacto igual, o incluso mayor, que el déficit hormonal por sí solo [5].

Entre los factores responsables más comunes de la pérdida de libido se encuentran, además del factor hormonal, tener problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o niveles muy altos de estrés. Un gran estrés laboral, las responsabilidades familiares, la presión estética social, los problemas en la relación con tu pareja… Todo ello puede hacer que te sientas poco atractiva y/o tengas poco deseo sexual. Por otra parte, como es de esperar, tener un trastorno depresivo (apatía, tristeza, desesperanza…) afecta a tu estado de ánimo y repercute directamente en las ganas de tener actividad sexual. Si además estás tomando medicación para tratar la depresión, como antidepresivos, estos también pueden reducir la capacidad de tu respuesta sexual. No únicamente la medicación para la depresión puede afectar a tu libido, otros tratamientos como la medicación para la hipertensión, o bien recibir tratamiento por algún problema de salud físico, también puede tener un efecto directo [3].

¿Cómo puede afectar a tu sexualidad?

Si has llegado ya a la menopausia (o estás cerca de ella) y crees que tu vida sexual ha acabado para siempre, estás muy equivocada. A diferencia de lo que se suele creer popularmente, las personas mayores de 50 o 60 años también mantienen relaciones sexuales, incluso más de lo que solemos pensar. Un estudio de urología mostró que cerca de un 60% de los hombres y mujeres mayores de 70 años mantenían una vida sexual activa [8].

Además, debes de saber que, aunque lo habitual sea que el deseo sexual disminuya durante el climaterio y la menopausia, algunas mujeres posmenopáusicas han declarado sentir más deseo sexual, o bien han logrado recuperar sus deseos iniciales después de un tiempo tras la llegada de la menopausia. En un estudio de 2012 sobre los cambios asociados a la sexualidad durante la menopausia, los investigadores observaron que los niveles de deseo sexual fueron aumentando a medida que aumentaba la edad de las mujeres menopáusicas [2]. Estos datos podrían deberse a que, conforme aumenta la edad, se equilibran las hormonas tras la posmenopausia y también pueden disminuir las responsabilidades en la crianza de los hijos, lo cual puede permitir relajarse más y disfrutar mejor de la intimidad con la pareja [4, 7].

Sin embargo, también es importante la otra parte de la realidad, una realidad más habitual, y que conozcas cómo la menopausia puede afectar a tu sexualidad. Como comentábamos antes, el déficit de estrógenos puede generar una pérdida de la libido, por lo que puede que te sientas con pocas ganas de tener relaciones sexuales. Además, dado el papel activo de los estrógenos en la lubricación de la vagina, también puedes experimentar problemas con tu lubricación y tener sequedad vaginal, lo que puede provocar irritación, dolor en las relaciones sexuales y problemas genitourinarios, entre otros. De la misma manera, la reducción del soporte de la pelvis puede generar problemas de suelo pélvico, ya que los tejidos pueden perder firmeza y elasticidad, lo que contribuye a su vez a problemas de incontinencia urinaria o dispareunia. Finalmente, el déficit de estrógenos, las preocupaciones constantes y los problemas emocionales también pueden contribuir a retardar el clímax, o tener orgasmos menos intensos [2, 9].

¿Qué puedes hacer para cuidar de tu sexualidad?

Una vez llegados a este punto, y sabiendo reconocer si alguno de los síntomas de la menopausia está interfiriendo en tu vida sexual, el siguiente paso es buscar la solución que mejor se adapte a tu caso. Como decíamos, no todas las mujeres experimentan problemas sexuales o tienen baja libido una vez llegada la menopausia, pero si tu caso es distinto y sí tienes algunas de las molestias anteriormente comentadas, aquí tienes algunos consejos que te podrían ayudar a disfrutar mejor de tu sexualidad:

• A nivel farmacológico, puedes optar por la terapia hormonal sustitutiva (THS) para nivelar el déficit de estrógenos y ayudar de esta manera a mejorar la sintomatología más física como los sofocos, los bochornos o la sequedad vaginal. Si prefieres optar por una vía no hormonal, para tratar la labilidad emocional, la ansiedad o la depresión, siempre puedes consultar con tu médico de confianza (junto a tu psicóloga) los psicofármacos que mejor se adapten a ti y a tus necesidades psicológicas, siempre consultando los efectos secundarios que pueden tener en tu sexualidad (retraso del orgasmo, problemas con la excitación, entre otros) [5].
• Si prefieres optar por una vía no farmacológica y más natural, lo más importante será introducir cambios en tu estilo de vida. Procura llevar una dieta variada, equilibrada y baja en grasas, limitando la ingesta de azúcar y aumentando el consumo de agua. También puedes aumentar el valor nutricional de tu dieta añadiendo suplementos ricos en maca, damiana o ginkgo biloba, alimentos que te ayudarán a mejorar tu deseo sexual. Otra de las cosas que puedes hacer es realizar ejercicio físico de manera habitual (caminar, correr, yoga, pilates…), ya que también puede ayudarte a mejorar tu estado de ánimo y tu salud en general. Si además pruebas los ejercicios de Kegel, podrás ejercitar y mejorar tu suelo pélvico. Si tus problemas con la libido dificultan mucho tus relaciones sexuales, es recomendable que tanto tú como tu pareja os lo toméis con calma e invertáis tiempo en los llamados “preliminares” (juegos, masajes, caricias… todos los momentos de intimidad previos al sexo con penetración). No tengáis miedo a probar cosas nuevas como juguetes, posturas distintas, lubricantes… Además de ayudar a crear ambiente, también lo disfrutaréis mucho más [9].

En definitiva, como habrás podido comprobar, la llegada de la menopausia no tiene porque suponer el fin de tu vida sexual. Además de contar con varias opciones y métodos para aliviar tu malestar, también es una nueva oportunidad para redescubrir tu cuerpo y tus necesidades actuales. Así que ya sabes, no tengas miedo a hablar con tu pareja de las cosas que te preocupan, y explora sin prisas (ya sea juntos o por tu cuenta) esta nueva etapa de tu vida como mujer.