Dolor de piernas en la menopausia

Índice

• ¿Por qué me duelen las piernas?
• Pero ¿por qué se pierde la elasticidad de las venas?
• Prevención y tratamiento del dolor de piernas en la menopausia
• ¿Qué hay de la hidroterapia?

¿Por qué me duelen las piernas?

El dolor de piernas o las piernas cansadas es una dolencia bastante frecuente y va acompañada de calambres, hinchazón, dolor o pesadez de piernas. De forma fisiológica las venas de las piernas son elásticas y estas disponen de un sistema de pequeñas válvulas que empujan la sangre hacia el corazón. Sin embargo, lo que sucede es que, cuando estas venas pierden su elasticidad, se dilatan comprometiendo el funcionamiento correcto de las pequeñas válvulas porque el retorno venoso se ve afectado y va a provocar, por tanto, que la sangre se acumule en las piernas. Ello va a acabar favoreciendo la inflamación venosa y va a provocar más dolor y sensación de pesadez. Para saber si padeces el síndrome de piernas cansadas observa si:

- aparecen en tu cuerpo varices y arañas vasculares

- tienes dolor, picor, hormigueo y cansancio

- presentas calambres musculares

- padeces edemas

Pero ¿por qué se pierde la elasticidad de las venas?

A pesar de que las venas tengan unas particularidades con respecto a otras venas del organismo estas deben disponer siempre de sistemas que garanticen el retorno venoso correcto y llevar la sangre en contra de la gravedad. Lo lograrán gracias a las paredes de estas venas que están formadas por capas. Además, a lo largo de todo el recorrido se dispone también de unas válvulas que evitan que la sangre retroceda hacia los pies. Ello tiene relación en la menopausia porque los estrógenos, cuya función es activar la función de otras en la ovulación, van a contribuir a que la musculatura del útero se relaje para proteger el feto.

Sin embargo, hay que saber que los estrógenos no diferencian entre la musculatura del útero y otros músculos, haciendo que todos los órganos de este tipo de musculatura se ralenticen. Por eso, durante el climaterio, pero sobre todo en la menopausia, dichos niveles de estrógenos bajan de manera considerable haciendo que la musculatura de la pared venosa pierda tono haciendo comprometer el retorno venoso.

Prevención y tratamiento del dolor de piernas en la menopausia

Hay que tener en cuenta que la prevención y el tratamiento de las secuelas vasomotoras va a servir sin duda para activar y estimular la circulación sanguínea que tiene como objetivo llevar el oxígeno y los nutrientes a todas las células del organismo y devolver dióxido de carbono a los pulmones para expulsarlo. Para mejorar la circulación sanguínea hay que:

- elevar las piernas siempre que se pueda al estar sentadas o al dormir.

- evitar el exceso de calor o frío.

- no fumar (obstruye las arterias).

- no utilizar calzado, medias u otros complementos.

- evitar sentarse con las piernas cruzadas.

Además, hay algunos ejercicios terapéuticos que van a servir también para mejorar la circulación sanguínea como son los ejercicios gravitatorios. Pero ¿en qué consisten exactamente este tipo de ejercicios?

En el ejercicio gravitatorio una tiene que tumbarse boca arriba, mantener las piernas relajadas y elevadas entre 60 y 90 grados aproximadamente y permanecer así durante tres minutos. A continuación, las piernas se van a bajar y se mantendrán relajadas durante al menos dos minutos. Esto se deberá repetir entre tres y cinco veces al día.

Los masajes circulatorios, por ejemplo, son también una muy buena forma de calmar el dolor de piernas y también de pies. Además, podréis realizar perfectamente el masaje con vuestras propias manos y con una crema hidratante y sentadas en una silla baja empezar a masajear. Primero con un masaje circulatorio en la pierna derecha que vaya desde el pie hasta la cadera y en sentido ascendente (entre seis y ocho pasadas) y recorriendo las partes interna, anterior y posterior. Lo mismo haremos con la pierna izquierda.

¿Qué hay de la hidroterapia?

Es el uso del agua con fines terapéuticos, ya sea de forma mecánica, térmica o química. Más bien una forma de fisioterapia que sirve para tratar diversas enfermedades, lesiones y trastornos. El objetivo principal de esta es estimular el sistema circulatorio para que active las glándulas de secreción interna. No obstante, se debe tener en cuenta que la hidroterapia está contraindicada en personas que padecen arterioesclerosis, diabetes, trastornos cardiovasculares, hipertensión, insuficiencia renal, afecciones dermatológicas o infecciones de transmisión sexual. Para llevar un adecuado programa de hidroterapia en casa hay que hacer:

 -Todos los días. Tomar una ducha de temperatura alternante. Primero con agua caliente entre 35 y 38 grados durante tres minutos para pasar a agua fría entre quince y veinte grados y durante unos quince segundos. Esto deberemos realizarlo tres veces, pero acabando con agua fría siempre.

- Cinco veces por semana. Lavado frío de la mitad superior del cuerpo con un paño escurrido en agua fría y manteniendo una temperatura constante entre quince y veinte grados. Después, el lavado de la parte anterior y de la lateral y posterior del lado derecho del tronco desde la cintura hasta el cuello (entre tres y cuatro repeticiones). Mejor hacerlo por la mañana y estar vestidas con ropa cómoda que se quite con facilidad.

- Dos veces por semana. Un baño frío de brazos en los que introduciremos los dos brazos lentamente en el lavabo con agua y a una temperatura de 15 a 20 grados y durante 30 segundos, y secaremos ambos brazos. Después habrá que realizar un baño de pies a temperatura alternante introduciendo estos en un recipiente con agua caliente durante cuatro minutos y seguido a uno de agua fría entre 15 y 20 grados, y durante dos minutos aproximadamente. Ambos se repetirán tres veces y mejor por la tarde.