Debilidad muscular en la menopausia

Debilidad muscular en la menopausia

La menopausia se asocia con una disminución natural de los estrógenos, que aumenta la masa grasa visceral, disminuye la densidad de masa ósea, la masa muscular y la fuerza. ¿Cómo evitar esta debilidad muscular que se potencia tras la llegada de la menopausia?

Índice

¿Por qué aparece la debilidad muscular en la menopausia?

La sarcopenia o pérdida de masa muscular es un proceso ligado al envejecimiento que comienza en torno a los 30 años y se acentúa a partir de los 50 años no solo por la edad, sino también por la llegada de la menopausia.

Por otro lado, algunos factores biológicos, a saber, el estrés oxidativo, la inflamación, la deficiencia de estrógenos y otras hormonas (como la testosterona, la progesterona y el cortisol), son predictores de estos fenómenos. Cualquier cambio en los niveles de estas hormonas puede alterar su compleja interacción y causar problemas musculares.

Durante la menopausia, los niveles de hormonas femeninas, como el estrógeno, disminuyen en el cuerpo, lo que puede llevar a una pérdida de masa muscular y una disminución en la fuerza muscular. Esto produce cansancio y fatiga extremos, así como otros síntomas:

- Dificultad para mover los músculos

- Falta de control muscular

- Sensibilidad muscular

- Espasmos musculares

- Sensaciones intensas de hormigueo

Los estrógenos benefician la fuerza muscular, por lo que los receptores de estrógeno sirven para mejorar la calidad muscular más que la cantidad.

Asimismo, la sarcopenia aparece cuando un grupo de proteínas de las células musculares sufre una pérdida de calcio, desencadenando una serie de procesos que limitan la contracción de las fibras musculares.

Por otra parte, diversos estudios afirman que unos niveles bajos de vitamina D están implicados en la atrofia de las células musculares. Cuando el cuerpo no recibe luz solar, necesaria para la síntesis de esta vitamina, aparecen los síntomas del déficit de vitamina D, entre los que encontramos la pérdida de masa muscular en la etapa perimenopáusica.

Consecuencias de la sarcopenia

- Debilidad y fatiga muscular: la pérdida de masa muscular y fuerza puede causar debilidad y fatiga muscular, lo que puede dificultar realizar actividades cotidianas y disminuir nuestra calidad de vida.

- Dificultades para caminar y equilibrarse: la sarcopenia también puede afectar el equilibrio y la marcha, lo que aumenta el riesgo de caídas y lesiones. Además, va unida a la osteoporosis, la pérdida de masa ósea, aumentando este riesgo.

- Mayor riesgo de enfermedades metabólicas: la pérdida de masa muscular también puede contribuir a la acumulación de grasa corporal, lo que aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes y la enfermedad cardiovascular, así como hipertensión u obesidad.

¿Cómo evitar esta debilidad muscular?

Sin embargo, es posible prevenir o retrasar la pérdida muscular en la menopausia a través de una dieta saludable y ejercicio regular. El entrenamiento de fuerza, en particular, puede ser muy efectivo para aumentar la masa muscular y mejorar la fuerza en las mujeres menopáusicas. Además, la combinación de ejercicios de fuerza con ejercicios de equilibrio y flexibilidad puede ayudar a prevenir caídas y lesiones relacionadas con la edad.

Entre los factores modificables, la baja actividad física y la ingesta de proteínas son los que más contribuyen a la sarcopenia y la pérdida de fuerza en las mujeres posmenopáusicas. Por eso, es importante hacer ejercicio y consumir una ingesta adecuada de proteínas. Las recomendaciones generales de una ingesta proteica de 0,8g/kg de peso pueden no ser suficientes en las personas mayores, por lo que se puede recurrir a suplementos específicos o aumentando la ingesta de proteínas mediante alimentos ricos en proteínas y aminoácidos como la carne, el huevo, el pescado o el queso.

También se aconseja dormir bien y mantener una buena higiene del sueño para ayudar a los músculos a recuperarse del trabajo diario.

Además, como los niveles bajos de vitamina D están implicados en la atrofia muscular, es recomendable mantener unos niveles adecuados mediante la absorción de luz solar que sintetiza la vitamina D en nuestra piel y la ingesta de alimentos con vitamina D como lácteos, huevos o aceites de pescado. También en alimentos fortificados y suplementos dietéticos.

También se puede consultar al profesional de medicina la necesidad de recurrir a suplementos fitoestrogénicos y reguladores de hormonas. Entre los primeros encontramos el trébol rojo o el black cohosh.

Adicionalmente, existen otros suplementos que pueden ayudar en el tratamiento del cansancio y dolor muscular, como las vitaminas del complejo B o el magnesio, esenciales para el funcionamiento de los músculos.

Por último, en algunos casos se puede recurrir a los tratamientos farmacológicos como la terapia de reemplazo hormonal (TRH) y tratamientos para trastornos subyacentes. Consulta antes a tu profesional de ginecología ya que estos tratamientos no son adecuados para todo el mundo.

Fuente:

  • Lowe, D.A. et al. (2010). Mechanisms behind Estrogens' Beneficial Effect on Muscle Strength in Females. Exercise and Sport Sciences Reviews, 38(2), 61-67. doi: 10.1097/JES.0b013e3181d496bc
  • Maltais,M.L. et al. (2009). Changes in muscle mass and strength after menopause. Journal of Musculoskeletal & Neuronal Interactions, 9(4),186-197. Retrieved October 3, 2017, from https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19949277
  • Sipila,S. et al. ( 2013).Sex hormones and skeletal muscle weakness. Biogerontology, 14(3), 231-245. doi: 10.1007/s10522-013-9425-8

Redacción: Irene García

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