¿Cómo afecta la menopausia a los riñones?

¿Cómo afecta la menopausia a los riñones?

La disminución de estrógenos ligada al proceso de la menopausia hace que todo el organismo se vea afectado, incluidos los riñones, aumentando el riesgo de problemas renales. Por eso, debes saber cómo cuidar tus riñones al llegar esta etapa.

Índice

¿Qué cambios se producen en los riñones en la menopausia?

La disminución de los niveles de estrógeno al llegar la menopausia puede afectar a la salud renal ya que puede causar diversos problemas:

- Aumento del riesgo de enfermedades renales: la disminución de estrógenos se asocia con un mayor riesgo de enfermedades renales. Los estrógenos tienen efectos protectores sobre los vasos sanguíneos, por lo que su falta puede provocar cambios en la microvasculatura de los riñones, aumentando la posibilidad de desarrollar enfermedad renal crónica (ERC) y diminución en la tasa de filtración glomerular (TFG), lo que puede afectar la capacidad de los riñones para filtrar la sangre. La reducción de la TFG puede estar relacionada con la pérdida de masa muscular y la reducción de estrógenos, que también afectan la perfusión renal.

- Aumento de la presión arterial: con la menopausia, aumenta el riesgo de hipertensión arterial, un factor importante en la salud renal. La hipertensión sin control puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones, afectando su función y acelerando la progresión de la enfermedad renal.

- Alteración del metabolismo del calcio y el fósforo: la menopausia también afecta el metabolismo óseo y puede llevar a una mayor pérdida de calcio. Esto puede impactar en los riñones, que son responsables de regular los niveles de calcio y fósforo en el cuerpo, aumentando el riesgo de formación de cálculos renales o nefrolitiasis.

- Aumento de proteínas en la orina: las mujeres en menopausia son más propensas a presentar proteinuria (presencia de proteínas en la orina), lo cual puede ser un indicador de daño en los glomérulos renales. Este fenómeno está relacionado con la reducción de los estrógenos y el envejecimiento de los tejidos renales.

- Riesgo de infecciones urinarias: la atrofia urogenital, común durante la menopausia, puede llevar a un aumento en la incidencia de infecciones urinarias recurrentes. Los cambios en el ambiente vaginal (la sequedad de las mucosas) y la reducción de estrógenos alteran la flora bacteriana normal, facilitando el crecimiento de bacterias patógenas y afectando indirectamente la salud renal.

Además de la menopausia, hay otros factores que pueden influir en la salud renal, como el sobrepeso o la diabetes, por lo que conviene cuidarse más que nunca al llegar al climaterio.

Cómo cuidar la salud de los riñones durante la menopausia

1. Hidrátate bien. Beber al menos 2 litros de agua al día es fundamental para mantener la salud renal y ayudar a que los riñones filtren y eliminen todas las toxinas, evitando que estas se queden en los riñones y formen cálculos renales.

2. Haz ejercicio físico. El ejercicio regular ayudar a mantener un peso saludable, reducir la presión arterial alta y mejorar la salud general, lo que puede ser beneficioso para la salud de los riñones.

3. Lleva una dieta sana. Una dieta rica en alimentos frescos y naturales como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros ayuda a cuidar los riñones. Incluye alimentos ricos en potasio como el plátano, la espinaca y el aguacate para ayudar a regular la tensión arterial. Aumentar la ingesta de calcio que ayuda a prevenir los cálculos renales. Evita el exceso de sal, los alimentos ultraprocesados y los azúcares añadidos que dañan la salud renal. Modera el consumo de proteínas: de origen animal ya que puede aumentar la carga de trabajo de los riñones.

4. Controla la presión arterial. Si tienes la presión alta puede afectar a los vasos sanguíneos renales. Por eso, se aconseja hacerse controles de tensión desde los 40 años y, si esta es alta, consultar con un profesional de medicina por si es necesario tomar medicación.

5. Controla los niveles de glucosa en sangre. La menopausia puede aumentar el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes, que son factores de riesgo para el daño renal. Mantener niveles saludables de glucosa a través de una dieta balanceada, ejercicio y chequeos médicos regulares es fundamental.

6. Evita el uso prolongado de analgésicos y antiinflamatorios. Los medicamentos como el ibuprofeno y el naproxeno pueden afectar la función renal si se usan en exceso. Es recomendable usar estos medicamentos bajo supervisión médica y optar por alternativas cuando sea posible.

7. Recurrir a la terapia hormonal. La terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar a reducir algunos de los efectos de la menopausia, aunque sus beneficios y riesgos dependen del perfil de cada persona. Consulta con tu médico de ginecología si es aconsejable en tu caso.

8. Nada de tabaco y alcohol. El alcohol y el tabaco no solo dañan los riñones, sino que también aumentan el riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares.

9. Realizar exámenes renales periódicos de urología. Los chequeos renales regulares ayudan a detectar cualquier problema temprano. Pruebas como el análisis de orina y la medición de la tasa de filtración glomerular (TFG) pueden proporcionar información sobre la función renal y detectar posibles problemas antes de que avancen y causen complicaciones mayores como la insuficiencia renal que puede acabar incluso necesitando diálisis o un trasplante renal.

Fuente: Sociedad Española de Nefrología

Redacción: Irene García

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