
¿Qué pasa con la adenomiosis en la menopausia?
La adenomiosis es una enfermedad que ocurre cuando las células que normalmente recubren el útero crecen dentro del tejido muscular de la pared uterina. Esta enfermedad nunca aparece después de la menopausia, pero puede diagnosticarse después de llegar a esta etapa.
Índice
- ¿Qué es la adenomiosis?
- ¿Qué ocurre con la adenomiosis al llegar la menopausia?
- ¿Cómo se diagnostica y trata la adenomiosis?
¿Qué es la adenomiosis?
La adenomiosis es una afección en la cual el tejido que normalmente recubre el interior del útero (el endometrio) crece dentro de las paredes musculares del útero (miometrio). Este tejido sigue funcionando como lo haría normalmente durante el ciclo menstrual, lo que puede causar que el útero se inflame y provoque dolor y sangrado menstrual abundante.
Los síntomas comunes incluyen:
- Dolor menstrual severo (dismenorrea)
- Menstruaciones abundantes (menorragia)
- Dolor pélvico crónico
- Sensación de presión o hinchazón abdominal
La adenomiosis puede afectar la calidad de vida de las personas que la padecen y, aunque no es peligrosa, puede causar molestias significativas.
Ocurre la mayoría de las veces en mujeres mayores de 30 años que han tenido un embarazo a término. Es raro en mujeres que no han tenido un embarazo a término.
¿Qué ocurre con la adenomiosis al llegar la menopausia?
La adenomiosis tiende a mejorar o desaparecer después de la menopausia, ya que los niveles hormonales, especialmente de estrógeno, disminuyen significativamente. Como esta afección depende de las hormonas para desarrollarse y causar síntomas (dolor, sangrado), la reducción de estas hormonas durante la menopausia alivia muchas de las molestias relacionadas con la adenomiosis.
Sin embargo, en algunos casos, pueden persistir ciertos síntomas como dolor pélvico o sensación de presión en el abdomen. Es raro, pero si las mujeres están bajo terapia hormonal sustitutiva (THS), los síntomas podrían continuar debido a la exposición a hormonas externas.
En resumen, en la mayoría de los casos, los síntomas de adenomiosis disminuyen al llegar la menopausia, pero si se usan estrógenos en la terapia, los síntomas podrían reaparecer o persistir.
A veces, la adenomiosis puede diagnosticarse en la menopausia si no se detectó previamente, ya que síntomas previos pueden haber sido atribuidos a otras causas puesto que muchos de los síntomas de la adenomiosis son similares a los de otros trastornos ginecológicos, como el dolor o el sangrado. Eso no significa que la enfermedad haya surgido a causa de la menopausia ya que, como hemos visto, lo habitual es que aparezca en la década de los 30 años, sino que no se ha detectado hasta ahora.
Si los síntomas persisten o empeoran durante la menopausia, es recomendable consultar con un especialista para evaluar las opciones de tratamiento.
¿Cómo se diagnostica y trata la adenomiosis?
El diagnóstico de la adenomiosis puede ser difícil debido a que los síntomas son similares a otras condiciones ginecológicas, como los fibromas uterinos o la endometriosis.
Lo primero es evaluar los síntomas y hacer un examen físico para ver si el útero está agrandado o es muy sensible.
Mediante una ecografía transvaginal se pueden detectar características como el engrosamiento del miometrio (capa muscular del útero), sugerente de adenomiosis.
Aunque no se usa comúnmente para diagnosticar adenomiosis, una biopsia del tejido endometrial se puede realizar para descartar otras condiciones.
Solo puede confirmarse de manera definitiva mediante un examen microscópico del útero tras una histerectomía (extirpación del útero), aunque esto rara vez se realiza únicamente con fines diagnósticos ya que la histerectomía implica el fin de la fertilidad y menopausia precoz, por lo que esta procedimiento no se utiliza para el diagnóstico.
El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas, la edad de la mujer y su deseo de preservar la fertilidad.
Los tratamientos conservadores incluyen antiinflamatorios no esteroides para aliviar el dolor asociado, como el ibuprofeno o el naproxeno. Píldoras anticonceptivas, dispositivos intrauterinos (DIU) de liberación de levonorgestrel o parches hormonales para controlar los ciclos menstruales y reducir el sangrado y el dolor. O la terapia con progestágenos o análogos de GnRH, medicamentos que pueden reducir temporalmente los síntomas al inducir una "menopausia" artificial y reducir la cantidad de estrógeno en el cuerpo.
Entre las terapias no invasivas encontramos la ablación endometrial, un procedimiento para destruir el revestimiento del útero (endometrio), aunque no es siempre efectivo y no se recomienda en mujeres que desean tener hijos. O la embolización de arterias uterinas, un procedimiento mínimamente invasivo que corta el flujo de sangre a las áreas afectadas del útero, lo que puede reducir los síntomas.
Y para aquellas mujeres que ya no desean tener hijos o han entrado en la menopausia se puede llevar a cabo una histerectomía, es decir, la extirpación del útero, el único tratamiento curativo para la adenomiosis. Se reserva para casos severos y en mujeres que ya no desean preservar su fertilidad.
Fuente:
- Martínez Camilo, Rodolfo Valentín. (2015). Adenomiosis en la mujer climatérica. Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología, 41(3), 234-240. Recuperado en 08 de octubre de 2024, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-600X2015000300005&lng=es&tlng=es.