Beneficios de los prebióticos en la menopausia

Beneficios de los prebióticos en la menopausia

Mucha gente confunde los probióticos con los prebióticos, pero no son lo mismo. Los primeros son microorganismos vivos que ayudan a nuestra salud, mientras que los segundos son componentes de alimentos que benefician nuestro organismo de diferentes maneras, incluso en la menopausia.

Índice

¿Qué son los prebióticos?

Los prebióticos son sustancias alimenticias no digeribles que promueven el crecimiento y la actividad de ciertas bacterias beneficiosas en el intestino. A diferencia de los probióticos, que son microorganismos vivos, los prebióticos son componentes de alimentos que estimulan selectivamente el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas en el intestino, como las bifidobacterias y los lactobacilos. Por lo tanto, los prebióticos ayudan al funcionamiento de los probióticos.

Los prebióticos más comunes son los carbohidratos no digeribles, como la inulina, los fructooligosacáridos (FOS), los galactooligosacáridos (GOS) y la lactulosa. Estos compuestos atraviesan el sistema digestivo sin ser digeridos por las enzimas humanas y llegan al colon, donde sirven como fuente de alimento para las bacterias intestinales beneficiosas.

Beneficios de los prebióticos para la salud

Al promover el crecimiento de bacterias beneficiosas, los prebióticos contribuyen a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal al servir de alimento para las bacterias intestinales beneficiosas, como las bifidobacterias y los lactobacillus. Estas bacterias beneficiosas desempeñan un papel crucial en la digestión, la absorción de nutrientes, la función inmunológica y la salud en general.

Al estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas, promueven la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, que es un combustible importante para las células del revestimiento intestinal. Esto ayuda a mantener una barrera intestinal saludable y reduce la permeabilidad intestinal, lo que puede ser beneficioso para las personas con trastornos digestivos, como el síndrome del intestino irritable.

Además, se ha demostrado que los prebióticos tienen efectos beneficiosos sobre la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades gastrointestinales, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la mejora de la absorción de minerales.

Un intestino saludable desempeña un papel crucial en el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico. Los prebióticos promueven un equilibrio saludable de las bacterias intestinales, lo que a su vez fortalece el sistema inmunológico. Se ha demostrado que los prebióticos reducen la inflamación, mejoran la respuesta inmunológica y ayudan a proteger contra enfermedades infecciosas.

Algunos estudios sugieren que los prebióticos pueden tener efectos positivos en el control del peso y la prevención de la obesidad. Esto se debe a que los prebióticos pueden influir en la liberación de hormonas relacionadas con el apetito y la saciedad, además de mejorar el metabolismo de la glucosa y los lípidos.

Los prebióticos pueden tener efectos beneficiosos sobre los factores de riesgo cardiovascular. Se ha demostrado que ciertos prebióticos reducen los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, mejoran la sensibilidad a la insulina y disminuyen la presión arterial, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Beneficios de los prebióticos para la menopausia

Los prebióticos son muy beneficiosos en la menopausia y deben formar parte de nuestra dieta por los siguientes motivos:

1. Mejora de la salud ósea: durante la menopausia, las mujeres experimentan una disminución en los niveles de estrógeno, lo que puede llevar a la pérdida de densidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis. Se ha demostrado que ciertos prebióticos, como los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina, pueden aumentar la absorción de minerales, como el calcio y el magnesio, que son fundamentales para mantener la salud ósea.

2. Alivio de los síntomas menopáusicos: sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor y trastornos del sueño.... Si bien los prebióticos no eliminan directamente estos síntomas, pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal y reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede contribuir a una mejora en la calidad de vida durante esta etapa.

3. Mantenimiento de la salud cardiovascular: después de la menopausia, las mujeres tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a los cambios hormonales y los niveles de estrógeno reducidos. Como hemos visto antes, los prebióticos pueden tener efectos beneficiosos en la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, mejorar la sensibilidad a la insulina y disminuir la presión arterial.

4. Mejora de la salud intestinal: durante la menopausia, algunos cambios hormonales pueden afectar la composición de la microbiota intestinal y contribuir a problemas digestivos, como el estreñimiento y la disbiosis. Los prebióticos pueden ayudar a promover un equilibrio saludable de las bacterias intestinales beneficiosas y mejorar la función intestinal, lo que puede aliviar los síntomas digestivos (estreñimiento, diarrea, flatulencias…) y promover una mejor salud en general.

¿Dónde podemos encontrar los prebióticos?

Los alimentos ricos en prebióticos incluyen la cebolla, el ajo, los espárragos, los plátanos, las alcachofas, los tomates, los cereales integrales y las legumbres.

- Cebolla y ajo: estos vegetales contienen fructooligosacáridos (FOS) y tienen propiedades prebióticas.

- Espárragos: son una excelente fuente de inulina, un tipo de prebiótico.

- Plátanos: contienen fructooligosacáridos (FOS) y almidón resistente, ambos con propiedades prebióticas.

- Alcachofas: son ricas en inulina y oligofructosa, que son prebióticos naturales.

- Tomates: contienen fibra dietética, como la pectina, que puede tener efectos prebióticos.- Legumbres: los frijoles, las lentejas, los guisantes y otras legumbres son fuentes de prebióticos, como la inulina y los oligosacáridos.

- Cereales integrales: algunos cereales integrales, como la avena y el trigo integral, contienen prebióticos, como la inulina y los fructooligosacáridos.

- Productos lácteos fermentados: el yogur y el kéfir pueden contener prebióticos, además de probióticos.

También se pueden encontrar suplementos de prebióticos en el mercado. Muchas veces junto con probióticos, en lo que se denomina simbióticos ya que mezclan uno o más organismos probióticos con uno o varios compuestos prebióticos para conseguir los efectos beneficiosos de ambos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada individuo puede tener una respuesta diferente a los prebióticos, por lo que es recomendable comenzar con cantidades pequeñas y aumentar gradualmente para evaluar la tolerancia personal.

Fuente:

Redacción: Irene García

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