Menopausia y transaminasas altas
Las transaminasas son enzimas que se producen en las células de distintas partes del cuerpo, fundamentalmente en el hígado, por lo que, cuando están elevadas, indican que este órgano padece algún proceso inflamatorio síntoma de enfermedad. ¿Es normal tener las transaminasas más elevadas al llegar la menopausia?
Índice
- ¿Qué son las transaminasas y qué valores deben tener?
- ¿Es normal que las transaminasas estén elevadas al llegar la menopausia?
- ¿Cómo mantener el hígado sano?
¿Qué son las transaminasas y qué valores deben tener?
Las transaminasas son enzimas del grupo de las transferasas que se encuentran en el interior de las células de órganos como el hígado, el corazón, los riñones o los músculos. Son fundamentales para el correcto metabolismo del organismo ya que ayudan a producir diversos aminoácidos, pequeñas moléculas de las proteínas que son necesarias para el desarrollo del organismo.
Las más importantes son la alanina aminotransferasa (ALT o GPT) y la aspartato aminotransferasa (AST o GOT), ambas situadas en el interior de las células del hígado (hepatocitos).
En los análisis de sangre, es habitual pedir los niveles de transaminasas ya que indican si el hígado está sano o padece alguna patología.
Los valores normales de ALT en sangre (aunque pueden variar ligeramente dependiendo del laboratorio) son:
Hombres: 10 a 40 UI/L
Mujeres: 7 a 35 UI/L
Los valores normales de AST en sangre (aunque pueden variar ligeramente dependiendo del laboratorio) son:
Hombres: 8 a 40 UI/L
Mujeres: 6 a 34 UI/L
Los niveles muy elevados de transaminasas pueden causar diversos síntomas de alerta como cansancio y fatiga extremos, dolor abdominal, náuseas o vómitos, ictericia, orina de color oscuro o prurito generalizado por todo el cuerpo. Si notas estos síntomas, debes acudir a tu profesional de medicina.
Los valores de transaminasas pueden elevarse por muchos motivos, incluso por los virus normales del resfriado, por lo que es necesario analizar estos valores junto con otros parámetros como la bilirrubina, la albúmina, la fosfatasa alcalina... y repetir para comprobar si siguen elevados o bajan solos.
Entre las enfermedades principales que elevan las transaminasas encontramos hepatitis, esteatosis hepática, mononucleosis infecciosa, citomegalovirus, alcoholismo, enfermedad del páncreas, cáncer, etc. También algunos fármacos pueden elevar las transaminasas, como amoxicilina-clavulánico, paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), metrotexato, fenitoína y antihipertensivos.
¿Es normal que las transaminasas estén elevadas al llegar la menopausia?
Los estrógenos, la principal hormona sexual femenina, tienen muchas funciones en nuestro organismo y una de ellas es proteger el hígado.
En concreto, los estrógenos mejoran la función de las mitocondrias, las plantas de energía de las células. Por eso, los estrógenos pueden ayudar a evitar la progresión de la disfunción hepática cuando existe lipotoxicidad (acumulación de la grasa ectópica).
Por lo tanto, al llegar la menopausia y descender el nivel de los estrógenos, el hígado funciona a menor capacidad y su trabajo de depuración de toxinas se ve dificultado, con lo que todo nuestro sistema físico-químico y emocional se ve sobrecargado.
El hígado es un órgano fundamental para nuestra salud al eliminar toxinas y tensiones emocionales, por lo que su sobrecarga puede causar síntomas como hipertensión, cefaleas, trastornos digestivos…
De hecho, la incidencia de desórdenes metabólicos en el hígado causados por la acumulación de lípidos (esteatosis hepática), es menor en mujeres en comparación a los hombres. No obstante, esta protección se pierde durante la menopausia debido a esta disminución de los estrógenos.
Según un estudio realizado en el Grupo de Metabolismo Energético y Nutrición de la UIB (Universidad de las Islas Baleares) realizada en ratas e in vitro, los estrógenos ofrecen un amplio abanico de efectos protectores en el hígado, asociados significativamente a la mejora de la función mitocondrial y la regulación de grasas en las células hepáticas. Por eso, aumenta el riesgo de enfermedades hepáticas tras la llegada de la menopausia, por lo que debes saber cómo cuidar tu hígado.
¿Cómo mantener el hígado sano?
1. Sigue una dieta equilibrada y saludable, evitando el exceso de grasas. Tampoco debes consumir mucho azúcar ni sal.
2. No bebas alcohol.
3. Incluye en tu dieta alimentos saludables para el hígado como el perejil, los puerros, el sésamo, los ácidos graso esenciales (pescados azules, aceites vegetales), alcachofas.
4. Cocina preferentemente al vapor, a la plancha, al horno… evitando las frituras que aportan muchas grasas.
5. Bebe al menos 2 litros de agua al día para ayudar al hígado a eliminar las toxinas.
6. Toma infusiones de plantas medicinales como el cardo mariano o el boldo, beneficiosas para el funcionamiento del hígado.
7. Evita el estrés y las tensiones emocionales.
8. Realiza ejercicio físico con regularidad.
9. Evita el sobrepeso y la obesidad.
10. Evita las relaciones sexuales de riesgo y el contacto con la sangre y fluidos de otras personas.
11. Ponte las vacunas contra la hepatitis.
Fuente:
SEMI