Menopausia y ganglios inflamados

Menopausia y ganglios inflamados

Los ganglios linfáticos son unos pequeños órganos que se encuentran por todo el cuerpo, aunque mayoritariamente en el cuello, las axilas y las ingles, que forman parte del sistema linfático y, por lo tanto, del sistema de defensa del organismo. Por eso, se inflaman cuando nuestro cuerpo trabaja contra una agresión interna como una infección o un tumor.

Índice

 

¿Por qué se inflaman los ganglios linfáticos?

Los ganglios linfáticos forman parte del sistema linfático, el encargado de producir y transportar linfa (un líquido compuesto de glóbulos blancos, especialmente linfocitos y quilo, que contiene proteínas y grasas) desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo. El sistema linfático, además, es una parte principal del sistema inmunitario del cuerpo, es decir, del encargado de protegernos frente a las enfermedades.

Estos ganglios se encuentran repartidos por todo el organismo, pero especialmente en el cuello, las axilas y las ingles, y se inflaman cuando están combatiendo una infección o enfermedad ya que atacan y destruyen los gérmenes que son transportados a través del sistema linfático. Generalmente, desaparecen entre 3 y 30 días después, cuando la enfermedad ha desaparecido, a no ser que sea algo más grave.

Las causas más comunes de inflamación de los ganglios linfáticos son:

1. Infecciones víricas o bacterianas como resfriados, gripe, otitis, sinusitis, faringitis, amigdalitis, neumonía, bronquitis, gastroenteritis, enfermedades de transmisión sexual… según donde se produzca la infección, se inflamarán más los ganglios del cuello, las ingles o las axilas.

2. Infecciones de la piel como heridas, foliculitis, vellos encarnados…

3. Enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal, la sarcoidosis o la vasculitis.

4. Cáncer. Aunque es la causa más preocupante y grave, también es la menos habitual. Todos los tumores pueden hacer que los ganglios se inflamen, pero los más habituales son los linfomas, el cáncer de mama o el cáncer de pulmón.

Un único ganglio linfático enrojecido, con aumento de la temperatura y que duela al palparlo puede indicar una infección del propio ganglio.

¿Cuándo debo preocuparme?

Para saber si un ganglio inflamado puede ser síntoma de una enfermedad más seria como el cáncer, es necesario estar atento a estas señales:

- El ganglio mide más de 2,5 cm

- Es duro y no se mueve al tacto

- Tiene pus

- No mejora ni disminuye pasado un mes

- Se encuentra en los brazos o alrededor de la clavícula

- Está acompañado de otros síntomas como fiebre que no mejora, sudores nocturnos, pérdida de peso o malestar general

En estos casos, se debe acudir al médico para que valore todos los síntomas y decida si es necesario hacer pruebas complementarias que expliquen la causa del ganglio inflamado, como análisis de sangre, biopsia del ganglio, ecografías o resonancias, etc.

La linfadenopatía, es decir, los ganglios linfáticos inflamados, no requiere tratamiento, ya que desaparece al curarse la enfermedad que la ha provocado, pero sí puede ser necesario tratamiento para combatir esta. En el caso de infecciones bacterianas, antibióticos; si se trata de una enfermedad autoinmune, dependerá de la misma; si es cáncer, habrá que recurrir a la cirugía y la quimioterapia o la radioterapia.

¿Es más frecuente tener los ganglios inflamados en la menopausia?

La menopausia es un momento en la vida de la mujer en el que, tras 12 meses consecutivos sin tener la regla, los ovarios dejan de funcionar y acaba la vida fértil de esa mujer. Como decíamos, la menopausia en sí es un momento, pero viene precedida por la perimenopausia, que puede durar varios años, y después llega la postmenopausia, que también puede durar varios años. Estas tres fases se conocen como climaterio y, como decíamos, puede durar entre 2 y 10 años, en los cuales son muchos los cambios que se producen en el organismo de la mujer a causa de las hormonas.

A lo largo del climaterio los cambios hormonales producidos por la disminución de los estrógenos y la progesterona, junto con el envejecimiento -la menopausia llega en torno a los 50 años-, hacen que la mujer experimenta muchos síntomas y aparezcan problemas como los sofocos, los sudores nocturnos, el aumento de peso, la sequedad vaginal, la incontinencia urinaria, la osteoporosis, la depresión, etc. Ninguno de estos síntomas afecta a los ganglios linfáticos, a no ser que se produzca otro problema o enfermedad como infecciones respiratorias, intestinales, urinarias… En estos casos, la mujer puede notar cómo sus ganglios se inflaman, pero no tendrá nada que ver con la menopausia en sí, sino con la enfermedad que su cuerpo esté combatiendo.

Por otro lado, muchos cánceres, como el de mama, útero, colon o estómago, son más frecuentes a partir de los 50-55 años, justo coincidiendo con la menopausia, por lo que es posible que en esta etapa notes cómo aparece un ganglio grande, duro, que no se mueve al tacto… si es así, debes acudir de inmediato al médico ya que puede ser síntoma de un cáncer que, cuanto antes se diagnostique, mejor pronóstico de curación tendrá.

En resumen, los ganglios inflamados no tienen relación directa con la menopausia, pero es posible notar cómo estos aparecen en esta etapa a causa de una infección o enfermedad leve, o de algo más serio como el cáncer, por lo que hay que estar atento y acudir al médico cuando sea necesario.

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