Postmenopausia sin TRH

Postmenopausia sin TRH

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) era el tratamiento rutinario hasta el año 2002 para tratar los síntomas y molestias de la menopausia. Sin embargo, empezaron a surgir dudas sobre su uso cuando se le empezó a relacionar con el cáncer. Desde ese momento, se usa solo en mujeres sin contraindicaciones que tienen síntomas más graves.

Índice

¿Cuáles son los tipos básicos de terapia hormonal?

La terapia de sustitución hormonal se centra principalmente en reemplazar el estrógeno que tu cuerpo ya no produce después de la menopausia. Hay dos tipos principales de terapia de estrógeno:

1- Terapia hormonal sistémica. El estrógeno sistémico, disponible en forma de píldora, parche para la piel, anillo, gel, crema o atomizador, por lo general contiene una dosis más alta de estrógeno que se absorbe en todo el cuerpo.

2- Productos vaginales en dosis bajas. Las preparaciones vaginales de baja dosis de estrógeno, disponibles en forma de crema, comprimido o anillo, minimizan la cantidad de estrógeno absorbido por el cuerpo, por lo que se usan solo para tratar los síntomas vaginales y urinarios de la menopausia.

Si no te han extirpado el útero, el profesional de ginecología por lo general te recetará estrógeno junto con progesterona o progestina. Esto se debe a que el estrógeno solo, cuando no está equilibrado por la progesterona, puede estimular el crecimiento del revestimiento del útero, lo que aumenta el riesgo de cáncer de endometrio. Si se te han extirpado el útero (histerectomía), es posible que no necesites tomar progestina.

Beneficios de la TRH

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) se utilizaba rutinariamente para tratar los síntomas de la menopausia. Se usaba para mantener los niveles normales de hormonas femeninas para controlar los sofocos, la sudoración nocturna, la fatiga, la irritabilidad, la depresión, cambios en la piel, malestar vaginal e incontinencia urinaria. La TRH también sirve para tratar los síntomas mentales como elevar el estado de ánimo, disminuir la depresión, mejorar la calidad de sueño y la memoria, retardar el proceso de envejecimiento, mantener firme el tono del piso pélvico y proteger contra enfermedades dentales, entre otras.

Además, sirve para prevenir el riesgo de enfermedad cardiovascular, que aumenta en las mujeres tras la menopausia por la protección que ofrecen los estrógenos frente al desarrollo de este tipo de patologías.

Estudios observacionales han mostrado una reducción en la enfermedad cardiovascular de alrededor del 40-50% con la TRH. En general, la TRH produce una disminución de las proteínas de baja densidad C-LDL, y un aumento de las lipoproteínas de alta densidad C-HDL unidas al colesterol. También se puede ver una mejoría en la tolerancia a la glucosa, debido a un aumento de la secreción de insulina y eliminación o reducción de la resistencia a la insulina.

La principal indicación para el uso de TRH es la presencia de los síntomas vasomotores menopáusicos y la prevención de osteoporosis. La TRH conserva y, en alguna medida, aumenta la densidad ósea y reduce el riesgo de fractura de un 30-40% en todos los sitios del esqueleto.

Por lo tanto, esta terapia se indica sobre todo en mujeres sanas en los siguientes casos:

- Sofocos moderados a severos.

- Síntomas vaginales frecuentes y muy molestos como sequedad, picor, ardor y molestias durante las relaciones sexuales.

- Riesgo de desarrollar osteoporosis. Como decíamos, el estrógeno sistémico ayuda a proteger contra la osteoporosis. Los médicos generalmente recomiendan medicamentos llamados bifosfonatos para tratar la osteoporosis, pero la terapia de estrógeno puede ayudar si la mujer no puede tolerar otros tratamientos o no le hacen efecto.

- Menopausia precoz. Si tienes menopausia antes de los 45 años, tu cuerpo ha estado expuesto a menos estrógeno que los cuerpos de las mujeres que experimentan la menopausia típica, aumentando el riesgo de problemas de salud. La terapia con estrógenos puede ayudar a disminuir el riesgo de ciertas afecciones de salud, incluidas la osteoporosis, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la demencia y los cambios en el estado de ánimo.

Riesgos de la TRH

La TRH puede producir algunos efectos secundarios como tensión mamaria y náuseas, que suelen experimentarse al inicio de la terapia producidos por progestágenos y que, normalmente, son transitorios y suelen desaparecer a los 3 meses de iniciar la terapia.

Sin embargo, la gran preocupación alrededor de la terapia de reemplazo hormonal, particularmente con el tratamiento prolongado, es el riesgo de cáncer de mama. Tras un estudio publicado en 2002, muchas mujeres decidieron suspender el tratamiento o no iniciarlo por miedo a desarrollar cáncer. Esta suspensión originó serias consecuencias:

- Aumento de la morbi-mortalidad de las mujeres perimenopáusicas

- Incapacidad de reiniciar la TRH en muchas mujeres

- Utilización de fitoestrógenos en sustitución de la TRH

Por eso, se realizaron nuevos estudios que muestran que la terapia de estrógeno y progestina no aumenta el riesgo de padecer cáncer endometrial, aunque sí aumenta el riesgo de sangrado vaginal anormal. Por su parte, el estrógeno solo sí aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer.

Asimismo, la terapia de estrógeno y progestina está vinculada a un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, riesgo que aumenta cuanto más tiempo se siga el tratamiento. La buena noticia es que tres años después de dejar el tratamiento, el riesgo se iguala al de mujeres que nunca han recibido este tratamiento. No obstante, el riesgo no es muy alto, 8 casos de cáncer más de cada 10.000 mujeres que siguen el tratamiento. Y en el caso de la terapia solo con estrógeno, no está vinculada a un mayor riesgo de cáncer de mama.

En cuanto al cáncer de ovario, no se detectó una diferencia real en el cáncer de ovario debido a la terapia de estrógeno-progestina.

Los estudios también indican que el riesgo varía en función de la edad. Las mujeres que comienzan la terapia hormonal más de 10 o 20 años después del inicio de la menopausia o a los 60 años o más tienen un riesgo mayor de padecer los trastornos mencionados. Sin embargo, si la terapia hormonal se inicia antes de los 60 años o en el plazo de 10 años después de la menopausia, los beneficios parecen superar los riesgos.

En cuanto a la ganancia de peso, es habitual tras la llegada de la menopausia por los cambios que se producen en el metabolismo al envejecer, que se ralentiza, y por la retención de líquidos, particularmente asociada con el uso de progestágenos, pero no se ha visto aumento de la grasa corporal con el uso de terapia hormonal.

Por lo tanto, este tipo de terapia está contraindicada para las mujeres con antecedentes actuales o pasados de cáncer de mama, cáncer de ovario, cáncer de endometrio, trombosis (coágulos de sangre) en las piernas o los pulmones, accidente cerebrovascular, enfermedades hepáticas o sangrado vaginal inexplicable.

La TRH debe ser iniciada entre los 50 y 54 años para que sea efectiva. No debe comenzarse en la menopausia tardía ya que en lugar de obtener un efecto beneficioso, por el contrario, el efecto podría ser perjudicial.

Seleccionando adecuadamente a la paciente, utilizando el compuesto adecuado, en las dosis mínimas necesarias y la vía adecuada, los beneficios superan los riesgos de una terapia hormonal.

Si estás realizando terapia hormonal, ¿cómo puedes reducir el riesgo?

- Hacer caso del profesional de medicina en cuanto a la dosis y el tiempo que se debe seguir esta terapia. Se debe usar la dosis más baja el menor tiempo posible.

- Si solo tienes síntomas vaginales, es mejor recurrir a lestrógeno en dosis baja en forma de crema vaginal, tableta o anillo.

- Hacer consultas de atención de seguimiento con regularidad para comprobar que todo va bien.

- Seguir un estilo de vida saludable: dieta sana, ejercicio físico regular, no fumar ni beber mucho alcohol, controlar el peso, etc.

¿Y si no puedo seguir la TRH?

Si has llegado a la postmenopausia, tienen síntomas bastante intensos y tu médico te ha dicho que no puedes seguir la TRH por motivos de salud, puedes recurrir a tratamientos naturales:

- Seguir un estilo de vida saludable.

- Hacer meditación, técnicas de relajación y respiración profunda.

- Usar lubricantes naturales si sufres sequedad vaginal y dolor en las relaciones sexuales. También puedes usar ospemifeno, un medicamento de venta bajo receta médica que puede ayudar con los episodios de relaciones sexuales dolorosas.

- Recurrir a plantas con fitoestrógenos que ayudan de manera natural a equilibrar los niveles de estrógenos, como las isoflavonas de soja, el lúpulo, la cimicífuga, el trébol rojo, el black cohosh, el aceite de onagra, etc.

- Dormir bien y descansar.

- Llevar una dieta sana, incluyendo alimentos con omega 3 y omega 6 que ayudan a normalizar las hormonas.

- Evitar el estrés.

Fuente: Kongnyuy EJ, Norman RJ, Flight IHK, Rees MC. Oestrogen and progestogen hormone replacement therapy for peri-menopausal and post-menopausal women: weight and body fat distribution. Cochrane Database of Systematic Reviews 2000, Issue 1. Art. No.: CD001018. DOI: 10.1002/14651858.CD001018

Redacción: Irene García

Consulta gratuita con un médico especialistaAgeSwitch

También te puede interesar

×