Beneficios del zinc en la menopausia

Beneficios del zinc en la menopausia

El zinc es un mineral esencial en nuestra salud, por lo que debemos asegurar las cantidades diarias adecuadas por medio de una dieta equilibrada. No obstante, en ciertas etapas, como la menopausia, puede ser conveniente recurrir también a la suplementación.

Índice

¿Qué es el zinc y para qué sirve?

El zinc es un mineral u oligoelemento clave para la salud ya que forma parte de un gran número de macromoléculas y es necesario para más de 300 reacciones enzimáticas. Es el segundo en concentración en el organismo, por detrás del hierro.

Por ejemplo, participa en la síntesis de proteínas y ADN, en funciones neurosensoriales, en el sistema inmunológico, en la sustitución de células viejas por nuevas, en el funcionamiento de la glándula tiroidea o del metabolismo óseo. Además, el zinc forma parte activa de algunas de las enzimas que intervienen en el metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono.

El zinc también contribuye a mantener la salud de la piel, el pelo y las uñas y es necesario para los sentidos del olfato y del gusto.

Por eso, el zinc debe formar parte de nuestra dieta y, en estados carenciales, puede ser necesaria la suplementación dietética de zinc.

Beneficios del zinc para la salud

- Fortalece el sistema inmunitario

Diversos estudios han demostrado que tomar un suplemento de zinc reduce la duración del resfriado hasta un 33% y hace que los síntomas sean menos intensos al ayudar al desarrollo de los linfocitos T, que estimulan las células T, responsables de combatir las infecciones (estudio).

El zinc es necesario para que las células inmunitarias funcionen correctamente, lo que significa que una deficiencia de zinc puede conducir a un sistema inmunitario debilitado.

- Mejora la fertilidad

La deficiencia de zinc antes de la concepción puede ser peligrosa y causar un retraso en el desarrollo fetal o incluso la pérdida del embarazo. Además, el zinc es fundamental para el desarrollo de los óvulos y la espermatogénesis, así como para la producción de testosterona, por lo que un déficit de zinc puede dificultar la concepción.

- Ayudar a la cicatrización de heridas

El zinc contribuye a la curación de las heridas al fortalecer el sistema inmunitario y al promover la síntesis de colágeno, componente esencial de la piel.

El zinc se utiliza incluso junto con la vitamina C para ayudar a curar las úlceras por presión (escaras). Y un estudio descubrió que la suplementación con sulfato de zinc aceleraba drásticamente la curación de las úlceras de los pies de los diabéticos en comparación con el placebo.

- Reducir la inflamación

El zinc es un modulador que actúa como una señal molecular para las células inmunes, disminuyendo ciertas proteínas que están involucradas en la inflamación.

La inflamación está ligada al estrés oxidativo, un estado en el que existe un desequilibrio entre los radicales libres que causan daño celular y los antioxidantes que los contrarrestan. El zinc puede disminuir el estrés oxidativo actuando como antioxidante en el cuerpo.

El estrés oxidativo y la inflamación están vinculados a muchas enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares o el Alzheimer. Por lo tanto, nos ayuda a no envejecer y a evitar enfermedades crónicas ligadas a la edad.

- Promover la función cognitiva

Algunos estudios muestran una relación entre los niveles de zinc y el Alzheimer. Por eso, se están llevando a cabo más investigaciones para saber si ciertos niveles de este mineral pueden aliviar los síntomas de Alzheimer o incluso evitarlo.

Un estudio encontró que los suplementos de zinc ayudaron a varios tipos de función cognitiva, como la memoria de trabajo espacial, pero no a otros, e incluso pueden tener un efecto negativo sobre la atención a lo largo del tiempo en ciertas dosis. Por lo tanto, hacen falta más estudios.

¿Cómo puede ayudarnos el zinc en la menopausia?

La menopausia es un momento en la vida de toda mujer en el que, tras 12 meses consecutivos sin tener la menstruación, los ciclos menstruales llegan a su fin y se acaba la vida fértil de la mujer.

Este momento está causado por la disminución de las hormonas sexuales femeninas estrógenos y progesterona y, como estas hormonas participan en otras muchas funciones, provocan una serie de cambios y síntomas en el organismo como sofocos y sudores nocturnos, disminución de la libido, sequedad vaginal, insomnio, irritabilidad, problemas para dormir, dolores de cabeza…

Como hemos visto, el zinc participa en muchas funciones en el organismo, aunque una de las principales es el fortalecimiento del sistema inmunitario, por lo que los suplementos de zinc en esta etapa pueden ayudarnos a evitar infecciones.

También hay estudios que han demostrado una relación directa entre un consumo adecuado de calcio, magnesio y zinc y la salud ósea en mujeres postmenopáusicas. Los niveles adecuados de zinc, vitamina D y magnesio pueden evitar la pérdida de densidad ósea normal en esta edad que lleva a la osteoporosis o la osteopenia.

Por lo tanto, el zinc puede ser beneficioso para mejorar el sistema inmunitario de la mujer, que suele verse debilitado por los cambios hormonales de esta etapa, y para evitar la osteoporosis, uno de los problemas más frecuentes en postmenopáusicas.

Además, al combatir las enfermedades ligadas a la edad, la inflamación y el estrés oxidativo, te ayuda a envejecer con mayor calidad y evitar ciertas enfermedades como las cardiovasculares o el Alzheimer.

¿Qué problemas puede causar el déficit de zinc?

El déficit de zinc puede causar los siguientes problemas:

- retraso en el crecimiento infantil

- mayor posibilidad de infecciones

- problemas de visión nocturna

- cicatrización lenta

- lesiones cutáneas como piel escamosa o llagas

- manchas blancas en las uñas

- bajos niveles de testosterona

- pérdida de cabello

- pérdida del apetito

- problemas con el sentido del gusto y del olfato

¿Cuánto zinc necesito?

- 0 a 6 meses: 2 mg/día

- 7 a 12 meses: 3 mg/día

- 1 a 3 años: 3 mg/día

- 4 a 8 años: 5 mg/día

- 9 a 13 años: 8 mg/día

- Hombres de 14 años en adelante: 11 mg/día

- Mujeres de 14 a 18 años: 9 mg/día

- Mujeres de 19 años en adelante: 8 mg/día

- Mujeres embarazadas de 19 años en adelante: 11 mg/día (de 14 a 18 años: 12 mg/día)

- Mujeres lactantes de 19 años en adelante: 12 mg/día (de 14 a 18 años: 13 mg/día)

Una dieta equilibrada suele cubrir los requerimientos de zinc, pero en caso de alcoholismo, enfermedades digestivas, lactancia, embarazo, dieta pobre, envejecimiento… puede ser necesario incluir un suplemento dietético en la nutrición.

Las fuentes alimenticias principales de zinc son las carnes, el pescado, el marisco (sobre todo las ostras), los frutos secos, los cereales integrales, la avena, las legumbres y la leche. Además, el zinc que procede de alimentos de origen animal se aprovecha mejor que el de los vegetales, por lo que los veganos también pueden necesitar suplementación.

Por otra parte, las proteínas y la vitamina C favorecen su absorción. En cambio, el ácido oxálico y el ácido fítico la disminuyen. También la dificultan el exceso de cobre, calcio y fósforo.

¿Tienen efectos secundarios los suplementos de zinc?

Tomar dosis de más de 150 mg de zinc al día puede causar una deficiencia de cobre y hierro, además de debilitar el sistema inmune.

Asimismo, puede causar presión arterial baja, convulsiones, dolor en las articulaciones y sabor metálico en la boca.

Y una dosis accidental de más de 200 mg de zinc provoca nauseas y vómitos, y puede ser peligroso.

Por eso, debes consultar con tu profesional de medicina antes de tomar cualquier suplemento.

Fuente:

  • Cabrera, Ángel Julio Romero. “Zinc, aging, and immunosenescence: an overview.” Pathobiology of aging & age related diseases vol. 5 25592. 5 Feb. 2015, doi:10.3402/pba.v5.25592 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4321209/
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  • Maylor EA, Simpson EE, Secker DL, Meunier N, Andriollo-Sanchez M, Polito A, Stewart-Knox B, McConville C, O'Connor JM, Coudray C. Effects of zinc supplementation on cognitive function in healthy middle-aged and older adults: the ZENITH study. Br J Nutr. 2006 Oct;96(4):752-60. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17010236/

Redacción: Irene García

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