Beneficios del yoga en la menopausia
La menopausia es una etapa que puede ser complicada para algunas mujeres debido a los síntomas y molestias que causan los cambios hormonales. Practicar yoga es muy beneficioso siempre, pero puede serlo aún más durante la menopausia.
Índice
- Beneficios del yoga
- ¿Cómo nos ayuda el yoga en la menopausia?
- ¿Qué tipo de yoga debes hacer durante la menopausia?
Beneficios del yoga
El yoga es una práctica milenaria que se centra en realizar diferentes posturas (asanas), a la vez que se realiza una respiración controlada (pranayama) y meditación (dhyana).
Son muchos los estudios que han demostrado que la práctica regular y continuada del yoga tiene un impacto muy positivo en nuestro organismo, tanto a nivel físico como mental, lo que puede aportar muchos beneficios a nuestro organismo:
- ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre, lo que puede prevenir o tratar la diabetes
- mejora dolencias musculo-esqueléticas como la lumbalgia o la artritis
- aumenta la energía física y mental
- disminuye la agresividad, la ansiedad y la depresión
- aumenta los sentimientos positivos
- mejora la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea
- reduce el estrés y la ansiedad
- ayuda a controlar el peso
¿Cómo nos ayuda el yoga en la menopausia?
La menopausia está causada por el descenso brusco de los estrógenos y la progesterona, las principales hormonas sexuales femeninas responsables de la ovulación. Por eso, cuando estas hormonas disminuyen se terminan los ciclos menstruales y la vida fértil, pero el organismo se ve afectado de muchas otras maneras ya que los estrógenos participan en muchas otras funciones y protegen a la mujer del riesgo de desarrollo de enfermedades como las cardiovasculares o la osteoporosis.
Por lo tanto, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta bruscamente con la menopausia, pero se ha comprobado que el yoga puede reducir este riesgo al reducir la presión arterial alta y ayudar al control de la glucosa en sangre.
Un estudio reciente comprobó que la práctica del yoga ayuda a disminuir el peso corporal, el porcentaje de grasa corporal, los niveles de colesterol y triglicéridos, la presión sanguínea, la insulina, la glucosa y la homeostasis, reduciendo riesgo de enfermedad coronaria.
Además, el yoga ayuda a reducir síntomas propios de la menopausia como el insomnio, el cansancio… Según una revisión de estudios, las mujeres que practican yoga durante la menopausia tienen puntuaciones significativamente más bajas para los síntomas de la menopausia, niveles de estrés y síntomas de depresión.
El yoga puede afectar al sistema neurovegetativo femenino, aumentando los niveles de estrógeno, lo que reduce los sofocos y el enrojecimiento. Tras 2 meses de práctica de yoga, las mujeres aseguran tener menos síntomas de la menopausia, menos estrés y menos neuroticismo.
Las variaciones en la postura del loto son adecuadas para combatir los sofocos que reportan muchas mujeres perimenopáusicas y menopáusicas.
También ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo que aumenta pasados los 50 años por el envejecimiento normal del organismo.
Y mejora la densidad mineral ósea en mujeres posmenopáusicas osteoporóticas. El yoga tiene un efecto positivo en el hueso al ralentizar la resorción ósea reduciendo los riesgos de osteoporosis en mujeres posmenopáusicas.
Asimismo, mejora el equilibrio, la flexibilidad y la calidad de vida, reduciendo los dolores y problemas que pueden surgir desde los 50 años a causa de la osteoporosis y la pérdida de masa muscular (sarcopenia). Se ha demostrado que quienes practican yoga con regularidad desarrollan una mayor tolerancia al dolor con el tiempo.
Y tiene un efecto positivo sobre la libido, mejorando las relaciones sexuales en la postmenopausia.
En resumen, el yoga parece mejorar la calidad de vida de la menopausia en síntomas vasomotores, psicosociales, físicos y sexuales sin necesidad de recurrir a la terapia hormonal sustitutiva. Es un remedio natural y sin efectos secundarios.
Y, además, es apta para todas las mujeres, sea cual sea su condición física, es una actividad de bajo impacto que no daña las articulaciones y tiene un bajo riesgo de lesiones, así que no lo dudes más y comienza a practicar yoga para sentirte mejor por dentro y por fuera.
¿Qué tipo de yoga debes hacer durante la menopausia?
Existen diversos tipos de yoga, algunos de los cuales, como el yoga caliente, puede ser perjudicial en la menopausia, sobre todo si sufres sofocos, por lo que es conveniente que te apuntes a clases de yoga con un instructor cualificado.
Una buena idea es empezar el yoga con 5 a 10 rondas de Surya Namaskar o Saludos al sol. Estos son los pasos involucrados en la serie:
- Comienza de pie. Luego inhala mientras levantas los brazos por encima de la cabeza.
- Exhala y salta como un cisne en una curva hacia adelante.
- Salta o vuelve a poner los pies en posición de tabla. Mantén esta posición durante cinco respiraciones.
- Baja suavemente las rodillas y el cuerpo hasta la colchoneta.
- Extiende las piernas, coloca la parte superior de los pies sobre la colchoneta y las manos directamente debajo de los hombros.
- Inhala para levantar los brazos parcialmente (o hasta el final) en Urdhva Mukha Svanasana, o Perro mirando hacia arriba.
- Exhala para volver a caer antes de empujar hacia arriba en Adho Mukha Svanasana, o perro boca abajo. Mantén esta posición durante cinco respiraciones.
- Exhala mientras saltas o caminas con los pies hasta la parte superior de la colchoneta. Llega a una postura de pie en una curva hacia adelante.
- Inhala y levanta los brazos por encima de la cabeza y, mientras exhalas, bájalos hacia los lados de tu cuerpo.
Repite la serie como desees.
Fuente:
- Vázquez Monteagudo, Laura. (2018). Beneficios de la práctica de yoga durante la menopausia. Revisión bibliográfica. Ene, 12(1), 684. Epub 16 de noviembre de 2020. Recuperado en 25 de octubre de 2022, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2018000100002&lng=es&tlng=es.
- Vaze N, Joshi S. Yoga and menopausal transition. J Midlife Health. 2010 Jul;1(2):56-8. doi: 10.4103/0976-7800.76212.